El rostro del aborto en España: Estos son los que se lucran con la muerte del no nacido.


  

 

Han sido muchas las veces que este medio ha informado acerca del negocio del aborto en Estados Unidos. En particular sobre Cecile Richards y su multinacional Planned Parenthood, el centro que aborta más de 320.000 bebés cada año con la ayuda de más de 500 millones de dólares de los contribuyentes.


La permisiva legislación norteamericana respecto al aborto, el gran número de centros abortistas repartidos por el país y la polémica ligada a la venta de las partes de los bebés abortados hacen que los medios, especialmente los pro-vida, dediquen sus portadas al tema del aborto en EEUU.


Pero, ¿cuáles son las caras del aborto en nuestro país? ¿Quién lidera o ha liderado el negocio de la muerte en España? Se lo descubrimos a continuación.


El aborto en España


Cabe recordar que el aborto en España es legal, y se rige por la Ley Orgánica 2/2010 de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, que entró en vigor el 5 de julio de 2010. Esta normativa despenaliza la práctica del aborto hasta las primeras 14 semanas de embarazo.


Esta ley sufrió una modificación en septiembre de 2015 -llevada a cabo por el gobierno del PP- con respecto a las menores de edad y su decisión de abortar.

Actualmente, las menores de 18 años necesitan el consentimiento de sus progenitores o representantes legales para poder abortar.

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ELa líder pro-vida Patricia Sandoval, compartirá su testimonio por primera vez en Perú..


  

 

Patricia experimentó un conmovedor caso de conversión luego de abortar tres veces y trabajar en la multinacional abortista Planned Parenthood, y ahora se dedica a compartir su impactante y conmovedor testimonio, tal como ella misma señala:


«Mi historia es cruda y dolorosa. Muchas personas se incomodan el escuchar lo que yo viví en la clínica de Planned Parenthood después de mis tres abortos. He tenido gente que se ha desmayado en mis conferencias, pero es necesario escuchar lo que es la verdad, lo que está pasando con estas mujeres y estos niños no nacidos».


«He entregado mi vida para contar este testimonio, me da mucha vergüenza contarlo, pero es necesario para que otras personas no caigan en este engaño»
Patricia explica que «Una mujer que aborta nunca lo supera. Una mujer que aborta es destruida y si la mujer es destruida, entonces el matrimonio está destruido; si el matrimonio está destruido, la familia está destruida y la sociedad se destruye. Si la sociedad se destruye, se puede destruir un país y convertirse en una cultura de muerte».


En Planned Parenthood, recuerda que se realizaban alrededor de 40 abortos a la semana, principalmente a mujeres hispanas y afroamericanas. Su instructora le exigía que haga «todo lo posible para convencer a estas chicas que aborten. Si tienen miedo y quieren dar marcha atrás, diles que tú también tuviste un aborto; pero nunca digas la palabra bebé, debes referirte a su bebé como una cosa».


Apenas un mes después de comenzar a trabajar en la clínica de abortos, con su depresión agravándose, decidió renunciar.


La Arquidiócesis de Piura, en el marco del «Año de la Misericordia», invitó a Patricia para que comparta su testimonio con padres, educadores, sacerdotes, religiosos y, especialmente, los jóvenes.

 

«Quiero evitar abortos y también quiero enseñarles a las familias que lo que me pasó a mí le puede pasar a cualquiera de sus hijos, y enseñarles a los jóvenes a luchar por el valor de la pureza, a amarse y tener esa dignidad que les corresponde como hijos de Dios».


Las conferencias se realizarán el 17 de noviembre a las 7:00 p.m. y el 18 de noviembre a las 10:00 a.m. en el Coliseo del Colegio Salesiano Don Bosco.

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En octubre del 2005, el P. Lodi presentó un habeas corpus para impedir que una embarazada llevase adelante un aborto autorizado por la justicia porque el bebé había sido diagnosticado con el síndrome de Body Stalk.


  

 

El Presidente de la Asociación Pro-vida de Anápolis (GO), P. Luiz Carlos Lodi da Cruz, fue condenado por el Tribunal Superior de Justicia de Brasil (STJ, por sus siglas en portugués) a pagar la indemnización por daños morales de 60 mil reales (alrededor de 18 mil dólares), por haber presentado un habeas corpus para impedir que se realizara el aborto de un bebé con síndrome de Body Stalk.


En octubre del 2005, el P. Lodi presentó un habeas corpus para impedir que una embarazada llevase adelante un aborto autorizado por la justicia. Su bebé había sido diagnosticado con el síndrome de Body Stalk. Esta anomalía se caracteriza porque el cordón umbilical es corto y no hay posibilidad de cierre de la pared abdominal, ocasionando problemas en las extremidades y la columna vertebral.


De acuerdo con el STJ, la mujer ya había tomado medicación para inducir el parto, cuando llegó al hospital la decisión del Tribunal de Justicia de Goiás, que atendió el pedido del sacerdote y determinó la interrupción del procedimiento.


Ella, entonces, volvió a su casa en Morrinhos, en la región sur de Goiás. A los días el bebé nació, falleciendo poco después.


La decisión unánime de la Tercera Sala del STJ acompañó el voto de la jueza Nancy Andrighi, considerando que el sacerdote abusó del derecho de acción y violó derechos de la mujer embarazada y de su esposo, provocándoles sufrimiento inútil.


Para Andrighi, el sacerdote actuó “temerariamente” cuando pidió la suspensión del procedimiento del aborto. Dijo además que el presbítero “busco la tutela estatal para defender sus particulares ideas sobre la interrupción del embarazo”.


Más tarde leyó en una noticia del periódico local ‘O Popular’ que el juez Aluísio Ataídes de Sousa había suspendido la licencia que permitía el aborto del bebé, pero el reportaje también decía: “La decisión, entre tanto, perdió objeto, pues el procedimiento ya fue realizado”.

Sin embargo, al contrario de lo informado por la prensa, “la orden llegó a tiempo para salvar a Geovana de la muerte”. “Los padres del bebé volvieron a Morrinhos, su ciudad, sin que yo supiera sobre lo ocurrido, siempre creyendo en la veracidad de la noticia del periódico ‘O Popular’”, dijo el P. Lodi.


El sacerdote lamentó tal equívoco y garantizó que si “hubiera sabido que Geovana había sobrevivido y que sus padres estaban en Morrinhos, sin duda yo habría ido a visitarlos, acompañarlos durante el embarazo, ofrecerles asistencia durante el parto (como hicimos con tantas otras embarazadas) y, tratándose de un bebé con riesgo de muerte inminente, bautizarlo luego del nacimiento. Y si falleciera, para mí sería un honor hacer sus ceremonias fúnebres acompañando a la familia hasta el cementerio”.


Finalmente, el sacerdote recuerda que el mismo pedido de indemnización, negado en primer y segundo grado, “fue ahora sorprendentemente acogido en el STJ”.


“En otra época, sin embargo, esa Corte ya se mostró a favor de la defensa de los niños por nacer con discapacidad, al revocar por unanimidad una decisión del TJRJ (Tribunal de Justicia de Río de Janeiro) que autorizaba un aborto de un bebé anencefálico (HC 32152). Quien dio la histórica sentencia fue la jueza Laurita Vaz, que hoy preside el Tribunal Superior de Justicia”.

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