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Debate mundial por vientres de alquiler

La maternidad subrogada atenta contra la dignidad de la persona por nacer y en la mayoría de los casos sucede la "eliminación" de embriones, es decir, se da muerte a los bebés que no son considerados "aptos".


  

 

La maternidad subrogada es un método que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), implica que una mujer lleve adelante un embarazo acordando previamente que ella entregará al bebé a la o las personas que pagan.


En Francia, Alemania, Italia, España, Portugal y Bulgaria está prohibida la maternidad subrogada, mientras que en Inglaterra se permiten acuerdos de subrogación siempre y cuando no sea de forma comercial, refiriéndose a que la madre sustituta no reciba compensación económica, salvo los gastos clínicos. Debido a esas restricciones, ciudadanos europeos salen de sus territorios hacia lugares que lo permiten.


California ha sido un referente de la maternidad subrogada por más de 40 años y, según el director ejecutivo de la agencia de donación de óvulos y madres de alquiler Extraordinary Conceptions, Mario Caballero, esto se debe a que “las leyes en Estados Unidos son muy fuertes y las madres de alquiler firman contratos muy estrictos”, comentó a *Excélsior*.


Se calcula que miles de bebés nacen cada año por medio de un vientre de alquiler, aunque hay pocas estadísticas sobre ello.


La maternidad subrogada ha recibido diversas críticas. Una de ellas fue pronunciada el pasado 22 de marzo por el máximo órgano islámico de Turquía, la Diyanet, que consideró la práctica como inaceptable.


Recientemente una declaración del diseñador Domenico Dolce, de la firma de moda Dolce&Gabbana, a la revista italiana /Panorama/, en contra de dicha práctica causó revuelo. “No me convencen lo que llamo hijos de la química, niños sintéticos. Úteros de alquiler, semen elegido por catálogo”, dijo.


Además de las opiniones que se tenga de la maternidad subrogada algunos casos han mostrado el lado negativo de dicha práctica, tal es el caso ocurrido en 2014 cuando una joven tailandesa de 21 años aseguró que una pareja australiana la contrató como vientre de alquiler, quedó embarazada de mellizos, pero posteriormente se supo que uno de los niños tenía síndrome de Down por lo que el matrimonio le pidió a la joven que abortara, a lo que se negó.


Finalmente los mellizos nacieron en diciembre y los padres se quedaron sólo con la bebé sana abandonando a su hermano de nombre Gammy, quien se quedó con la madre sustituta.

 

 

 

 

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