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En México, sólo tres de siete jóvenes cursan la universidad

Es importante dar herramientas de forma accesible a los jóvenes para que el día de mañana sean profesionistas competitivos.


  

 

El investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Hugo Casanova Cardiel, lamentó que en nuestro país la educación superior sólo alcanza a tres de cada siete jóvenes, al dictar la conferencia "La universidad contemporánea y su gobierno" en el Salón Blanco de la Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana.


Precisó que a nivel internacional esta cifra es muy modesta y se traduce en un asunto riesgoso si tomamos en consideración los altos índices de violencia registrados.


"Cada uno de estos siete jóvenes entre 18 y 22 años de edad que están fuera de la jugada, nutren varios sectores en los mercados temporales y, en el mejor de los casos, puestos de trabajo semifijos", dijo ante estudiantes, profesores y académicos, asistentes a esta ponencia organizada por el Centro de Estudios sobre Derecho, Globalización y Seguridad, el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales y el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias.


Casanova expuso que el Estado debe ser fortalecido para transformar los mecanismos, considerando que el apoyo financiero cada vez es menor, situación que suele convertirse en un tema serio para las instituciones.


Subrayó que la actual y creciente asimetría social representa que los sectores mayoritarios de la población mundial se encuentran cada vez más alejados de los beneficios de la educación. "La educación superior se convierte en una mercancía mayormente accesible para quienes tienen dinero y difícil para los que no lo tienen", puntualizó.


Por otra parte, comentó que la universidad de nuestro tiempo tiene como característica el surgimiento de nuevos actores, pues hoy en día en ella intervienen las sociedades, el entorno político, medios de comunicación y hasta el sector religioso.


Asimismo, precisó que la universidad no puede subordinarse al mercado, su compromiso es con el saber y es un bien intrínseco; es decir, no es necesario que la educación superior se conecte con el mercado, lo importante es contar con mejores sujetos sociales.


Casanova aseveró que en los últimos años en México se han creado muchas instituciones de educación, más no universidades que potencien la investigación y se acerquen a la construcción de saberes.


En el marco de su análisis sobre la situación de las universidades entre los siglos XIX y XX, destacó que una de tantas transformaciones de la universidad ocurrió en la década de 1980, en la que se generó un modelo presionado por el mercado, cuestionado por el entorno y las demandas sociales.


Las universidades contemporáneas están en todos lados, dijo, se diversifican, son menos monolíticas, se mueven y nos convertimos en actores, testigos, afectados y constructores de ellas.


Añadió que en la universidad de todos los tiempos el saber se vuelve un elemento que nos articula, es una institución donde un conjunto de sujetos de manera voluntaria estamos vinculados con el conocimiento, el cual se transmite y certifica.


La universidad es la institución más importante en el proceso de creación y distribución del conocimiento, cabe en la mayoría de las ciencias que difunden todos los saberes.


Además, imparte funciones específicas en una amplia gama de carreras profesionales y participa en la función política de la sociedad al generar espacios de pensamiento y acción política. No obstante, la caracteriza una serie de demandas, reclamos y restricciones financieras, entre otras cosas, concluyó.

 

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