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La pendiente resbaladiza de la eutanasia en Bélgica: ahora se aplica por «depresión»

Uno de cada tres «usuarios» de la ley no es enfermo terminal.


  

 

Un documental australiano ha filmado en Bélgica la eutanasia de una mujer de 85 años, saludable pero deprimida. El documental salió al aire la semana pasada y atrajo la atención internacional sobre la política de «muerte administrada por un doctor», cada vez más extendida en aquel país.


El programa Dateline de la productora australiana Special Broadcasting Service (SBS) siguió a Simona De Moor, que vivía en una residencia de ancianos y dijo haber decidido que quería la eutanasia cinco minutos después de enterarse que su hija Vivian, de 57 años, había muerto repentinamente en una operación quirúrgica rutinaria tres meses antes.


«Cinco minutos después de que me dieran la noticia, lo supe», dijo De Moor a Brett Mason, el director del documental. «Y nadie en el mundo entero podrá impedírmelo».


De Moor afirmó que había vivido felizmente en Amberes con otros 94 pacientes mayores y que no había pensado anteriormente en la eutanasia, pero que «la pena es un dolor intolerable. Me está volviendo loca».


Más de cien cócteles letales


El médico de cabecera de la Sra. De Moor, el Dr. Marc Van Hoey, es también el presidente de la Sociedad por el Derecho a Morir de Flandes, un grupo patrocinador de la eutanasia que promueve la «autodeterminación al final de la vida» de las personas. Van Hoey ha perdido la cuenta de los pacientes a los que les ha administrado cócteles letales desde que la eutanasia fue legalizada en Bélgica hace 13 años, pero son «quizá cientos, en cualquier caso más de cien».


El documental muestra a Van Hoey dándole a De Moor un vaso de jarabe de naranja el 22 de junio de este año. «Todos tenemos la esperanza de que verás a Vivian de nuevo, en algún lugar», le dijo mientras ella se acostaba. «Yo también espero lo mismo», fueron sus últimas palabras.


De Moor reveló en el documental que tenía otra hija, de la que estaba distanciada amargamente hacía ya 30 años, pero que no la informó sobre su muerte programada. «No tengo que justificarme ante nadie», dijo De Moor. «Yo decido».


El proceso de revisión favorece la eutanasia


El documental también presenta al belga Tom Mortier, que en 2012 se enteró de la muerte de su madre un día después de que a ella le aplicara la eutanasia por «depresión incurable» el conocido campeón de este procedimiento y ardiente humanista, el Dr. Wim Distelmans.


Desde entonces, Mortier ha hecho campaña públicamente en contra de la falta de supervisión de los procedimientos de eutanasia en su país, haciendo notar que la Comisión Federal de Control y Evaluación, que supervisa cada caso, está abarrotada de promotores del procedimiento (el mismo Distelmans, que aplicó la eutanasia a su madre, es su presidente) y que solo revisa los casos después de que los pacientes hayan muerto. Según el documental, la comisión ha revisado más de 8.000 casos desde 2003, pero ninguno ha reprobado su sistema de aprobación post mortem.


Theo Boer, profesor de Ética del Cuidado de la Salud en la Universidad Teológica de Kampen, prestó servicios en la comisión entre 2005 y 2014 y supervisó aproximadamente 4.000 casos. antes de que renunciara el año pasado por haber obtenido una nueva cátedra, sus dudas sobre el procedimiento fueron aumentando cada vez más por la tendencia a la ampliación de la eutanasia.

 

 

 

 

 

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