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Testimonio ProVida de Leydy Vanessa Mendoza de Casas

En cuanto los médicos supieron que estaba embarazada de ellas, «automáticamente me preguntaron si quería tener a los tres bebés o hacerme reducción de número de bebés».


  

 

Buenas a tod@s! Mi nombre es Vanessa y quier compartir con ustedes mi gran milagro! MIS TRILLIZAS IDÉNTICAS (un caso en un millón)...


Bueno, a mis 26 años quedé embarazada por tercera vez (yo ya tengo dos niñas, la mayor de 7 y la menor de 5 años) Mi esposo y yo quisimos tratar de buscar el niño (ese era su sueño).


Fueron pasando las semanas, yo muy enferma con vómitos y mareos, Pero siempre con la esperanza que de esos tres bebés aunque sea uno saliera niño. A las 11 semanas me hacen otra ecografia y para mas asombro nos dicen que mi embarazo era de MUY ALTO RIESGO, porque los tres bebés estaban en la misma placenta y en ese tipo de embarazo corrían riesgo tanto la mamá, como los bebés.


Automáticamente me preguntaron si quería tener a los tres bebés o hacerme reducción de número de bebés. Cosa a la cual mi esposo y yo automaticamente dijimos que no! Que si Dios nos había mandado tres más, pues que nos quedamos con los tres...


Una vez más, tuvimos la sorpresa de que la ecógrafa nos dice: «Les cuento que son TRES NIÑAS» ya se podrán imaginar!


Nada nos salía como lo habíamos planeado.. Pero no caímos en cuenta que nuestros planes no eran los planes de Dios..


Las semanas siguieron pasando y llegué a la semana 20 y en una de las ecografías (me hacían eco dos veces por semana) me dijeron que la bebé «B» había dejado de crecer y que iba dos semanas atrasada a las otras dos.. y que no sabían que decirme porque mi embarazo era uno en un millón.


Fuimos y después de todo el día estar en ecografías nos dieron el resultado de todos análisis. Nos llamaron a un cuarto a parte a mi esposo y a mi; con el Doctor de cabecera y una consejera, donde nos dijeron la mala noticia de que la bebé «B» podía morir en cualquier momento porque no le estaban entrando los nutrientes suficientes. En cualquier momento podía parar en absoluto de recibir nutrientes y oxígeno y podía fallecer...iba de mal en peor.


Si moría perjudicaba a las otras dos por estar en la misma placenta y eso incluía ceguera en las otras dos, retardo mental e incluso la muerte de las tres.. Me ofrecieron dos opciones:


1ra: arriesgarme a que muriera y perjudicar a las otras dos


2da: desconectar a la bebé «B» de su cordón umbilical y así asegurar a las bebés «A y C» (en otras palabras, matarla)


Destrozados y sintiéndonos contra la pared dijimos que lo íbamos a pensar y que les dábamos respuesta para el Lunes (ese día era un viernes) Pero apenas nos montamos en el carro, nos quedamos mirando con lágrimas en nuestra mirada y dijimos «no lo vamos hacer, son tres y no hay preferencia para ninguna, Dios nos va ayudar»


Y así fue, pasó una semana, pasaron dos, tres, cuatro y cinco. No les voy a negar que vivía con miedo y fuimos muchas veces a urgencias porque no sentía moverse a la bebé «B» pero siempre fue falsa alarma.


Así llegúe a las semana 25....


«Tienen que nacer ya, ya casi tienes 28 semanas»


Y nacieron mis bebés vía cesárea el 10 de Julio..

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