El holandés, que tenía 41 años y era padre de dos hijos, hizo una petición a la institución de Apoyo y Consultas para la Eutanasia en Holanda y esta fue aprobada por un médico.
El caso del holandés Mark Langedijk, que solicitó la eutanasia a causa de su alcoholismo y depresión, ha generado controversia ya que en su país esta práctica solo se aplica a personas con enfermedades incurables.
Este hombre obtuvo la autorización solo con el argumento de que consideraba su vida como algo insoportable.
El holandés, que tenía 41 años y era padre de dos hijos, hizo una petición a la institución de Apoyo y Consultas para la Eutanasia en Holanda y esta fue aprobada por un médico.
Mark decidió que el 14 de julio sería “un bonito día para morir” y ese día, en la casa de sus padres y rodeado de sus familiares, su médico le colocó la inyección letal.
Esta situación desató la controversia y muchos objetaron esta decisión diciendo que en lugar de ofrecerle el suicidio, a Mark se le debió ofrecer la posibilidad de un tratamiento y apoyo para la depresión y la ansiedad.
El Dr. Greg Bottaro, psicólogo clínico en el Catholic Psych Institute, dijo a ACI Prensa que este caso ha enviado un mensaje “devastador” a las personas que están luchando con una enfermedad mental.
“Al presentar esta posibilidad, trae un cuestionamiento a la gente que está desesperada y les da una mayor razón para creer que es mejor rendirse”.