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Aplican la eutanasia a un abuelo al que los médicos aseguraron que podría vivir una década más

Andrew Barclay, un hombre de 65 años con esclerosis múltiple, viajó a 'Dignitas', la organización suiza que 'ayuda' previo pago a morir por eutanasia, a pesar de que los médicos le aseguraron que podría vivir otra década.


  

 

Barclay, natural de Folkestone (Reino Unido), murió después de tomar una dosis letal de barbitúricos en un apartamento de ‘Dignitas’, cerca de Zurich, después de haber viajado a Suiza con su esposa Sandra para que se le aplicara allí la eutanasia por la imposibilidad de hacerlo en Reino Unido.


La historia fue contada en portada en el Daily Mirror con el macabro titular: “Si estás leyendo esto, ya estoy muerto”.


Barclay, exfuncionario de profesión pidió antes de morir al Parlamento de Reino Unido que permita la eutanasia para que otras personas como él no tengan que viajar fuera de sus países para suicidarse.


El matrimonio gastó más de 10.000 libras para morir en ‘Dignitas’, una de las clínicas de suicidio asistido de Suiza, y ahora su esposa podría enfrentarse en Gran Bretaña a una investigación judicial por ayudarle en el suicidio.


La historia de Barclay está siendo utilizada por los medios de comunicación y por su propio entorno para impulsar la legislación en favor de la eutanasia en Reino Unido.


El Dr. Anthony McCarthy, de la Sociedad Protectora de los Niños No Nacidos ha dicho que en toda esta historia la cobertura de los medios de comunicación “revela” la campaña que éstos están llevando a cabo para que la eutanasia sea aceptable para el público británico, a pesar de las recientes derrotas parlamentarias.


“El suicidio asistido para individuos como Barclay es un ejemplo de lo que a veces se llama “la pendiente resbaladiza” – esto significa que una vez que uno comienza abajo de esa colina, ¿dónde se detiene?”, se pregunta McCarthy.

 

En el caso de Barclay, los médicos británicos creían que podría haber vivido otra década. Todavía podía leer, ducharse, comer, leer correos electrónicos y abrazar a sus nietos. Efectivamente estaba ‘condenado’ a vivir en una silla de ruedas, pero son muchísimos los testimonios de personas que viven así y son muy felices.

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