El Santo Padre recibe a un grupo de jóvenes del hospital romano, ‘Bambino Gesú’
La función del hospital es curar a la gente, pero “existe el peligro de olvidarse que la medicina más importante solamente una familia puede dar: ¡las caricias!”. Una medicina muy costosa porque para tenerla hay que esforzarse y poner el corazón y todo el amor”.
Lo indicó el papa Francisco este lunes por la tarde en el Vaticano, al recibir a un grupo de jóvenes internados en el Hospital pediátrico ‘Bambino Gesú’ de Roma, acompañados por sus papás, la presidenta del Hospital, Mariella Enoc y el director de la RAI, Antonio Campo Dall’Orto.
Después de tomarse las fotografías de ocasión, los jóvenes le entregaron una tarjeta en la que escribieron: “Querido Francisco, gracias de habernos recibido, estamos contentos de estar aquí porque nos infundes esperanza y ánimo para el mañana. ¡Te queremos mucho, gracias!, los jóvenes del ‘Bambino Gesú‘”.
El Santo Padre lo leyó y les agradeció, por el libro y por la dedicatoria... Hay tantas historias y cada uno de ustedes tiene una historia. No solamente los niños enfermos sino también los médicos, los enfermeros, los visitantes, las familias...!
Y si bien indicó que la función del hospital es curar a la gente, “existe el peligro de olvidar la medicina más importante que solamente una familia puede dar: ¡las caricias!”, que “es una medicina muy costosa porque para tenerla hay que esforzarse y poner el corazón y todo el amor”.
Así el hospital se vuelve una familia y un testimonio humano. “Es un hospital católico para ser católico antes hay que ser humano, y ustedes dan testimonio humano, hoy”, concluyó.