El gobierno norcoreano asegura que Estados Unidos crea una situación de guerra nuclear y, por su parte, Trump reitera que la era de la paciencia ya se acabó

Como si fuera una película de Hollywood, los gobiernos de Corea del Norte y Estados Unidos se lanzan desafíos en los que ya se menciona el riesgo de una guerra nuclear.

En esta semana, el Gobierno de Pyongyang insistió en continuar sus pruebas de misiles nucleares y advirtió que no acatará la demanda de Estados Unidos de detenerlos.

Las reacciones no se han dejado esperar y Rusia también entró a escena.

Corea del Norte aseguró ayer que Estados Unidos ha convertido a la península coreana en “el punto conflictivo más grande del mundo”.

El viceembajador de Corea del Norte ante la ONU, Kim In Ryong, acusó al gobierno de Donald Trump de haber creado “una situación peligrosa que podría convertirse en cualquier momento en una guerra termonuclear.

“Si Estados Unidos se atreve a optar por una acción militar, Corea del Norte está lista para responder en cualquier modalidad de guerra deseada por Estados Unidos”, declaró Kim.

Agregó que el envío del portaaviones nuclear Carl Vinson a la península coreana “prueba nuevamente los irreflexivos movimientos de Estados Unidos para invadirnos".

El mensaje del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al Gobierno de Corea del Norte emitido ayer fue una advertencia: “más vale que se comporten”.

En conferencia de prensa en la Casa Blanca, al día siguiente de un intento fallido de los norcoreanos por lanzar un misil, el mandatario dijo a la CNN cuál era su mensaje para el gobierno del mandatario coreano Kim Jong Un.

Horas antes de la declaración de Trump, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, viajó a la tensa franja que separa a Corea del Norte y Corea del Sur y, a pocos metros de sus rivales de Pyongyang, les advirtió en contra de probar a Washington y Seúl con sus ambiciones nucleares.