La maternidad les dio fuerzas para enfrentar sus limitaciones físicas. Estas historias son ejemplos de madres que antepusieron el amor a sus hijos y lucharon valientemente para superar la discapacidad.
A Martha Cristina Casana Bejarano, de 56 años, con discapacidad auditiva de nacimiento y madre de dos hijos (uno de 34 y el otro de 27 años), no le costó tomar la decisión de ser madre. Desde joven, Martha imaginó ser mamá pese a que su niñez y adolescencia transcurrieron "de su casa al colegio y del colegio a su casa".
La historia de Liliana Pérez Galindo, de 54 años, presidenta de la Asociación Arte-Mype y experta en educación electoral en la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) desde el 2006, es distinta. Ella contrajo polio a los 2 años, y como a Martha su mamá la protegió pero con un poco de dureza, que ella entendió ya mayor.
Su esposo y compañero de más de tres décadas, Augusto, también tiene discapacidad física, producto de un accidente. Pero eso no significó para ella renunciar a esa decisión. Pensaron tener cuatro hijos, pero vinieron dos, porque los siguientes embarazos podían ser de alto riesgo. Hoy uno de sus vástagos tiene 31 años y el otro, 28.
