Hola,

 Me da gusto saludarte nuevamente. Te he estado compartiendo testimonios de distintas personas que aman la vida. Mujeres embarazadas que aún estando en circunstancias difíciles han decidido tener a sus bebés. Una mamá que lucha por la vida de su hija desde la etapa de embarazo, cuando se enteró de que su niña tenía una discapacidad. El testimonio de una pareja de adultos mayores que viven con alegría y plenitud su matrimonio. Son testimonios de amor por la vida y entrega a los demás.

Doña Enedina perdió la vista cuando tenía apenas dos años de edad. Se enfermó y su mamá no tenía recursos para llevarla a un doctor, así que consultó a una curandera, quien le recetó sustancias que le hicieron perder la vista. Después de quedar invidente a Enedina la encerraron en su casa por 30 años, por tanto no pudo asistir a la escuela. Pero ella jamás se dio por vencida. “Cuando perdí la vista mi familia me ocultó. No me sacaban a ningún lado, solo me llevaban al médico y me tapaban la cabeza para que no me vieran. Hasta los 32 años fue que yo busqué la forma de llegar a una escuela para invidentes. Allí aprendí muchas cosas, como a leer y a escribir en Braille; aprendí a tejer también. Me costó mucho porque estuve apartada de la gente mucho tiempo. Todo era desconocido para mí, pero pude salir adelante”. Su mamá y su hermano al principio no querían que ella asistiera a la escuela: “ellos decían que no me iba a servir para nada pero yo sí quería aprender”.

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Años después se casó y tuvo a su hijo, Manuel Andrés. El niño aparentemente nació bien, pero años más tarde Doña Enedina se empezó a dar cuenta de que Andrés no caminaba bien. Fue cuando detectaron que tenía escoliosis. Fuera de este problema Andrés goza de buena salud, la escoliosis hasta ahora no le ha afectado, sin embargo, su corazón puede llegar a oprimirse y podría tener dificultades para respirar si no se opera la escoliosis pronto. Pero Doña Enedina no tiene una fuente de ingreso fija, su esposo falleció hace dos años dejándola sin pensión, y tampoco tiene un seguro médico.

El papá de una amiga de Andrés los ha ayudado para que a través del DIF de Campeche le den atención médica a Andrés. Consiguieron que el Delegado del Seguro Social los ayudara para operar a Andrés en dicha institución. Aún no saben cuándo podrá hacerse la cirugía.

Andrés, quien hoy tiene 17 años, es un joven que a pesar de su problema de salud lucha por salir adelante. Está estudiando Informática en el CONALEP. Dice que le gusta mucho la carrera. En sus ratos libres se dedica a mantenimiento de computadoras y la programación. Todo esto lo empezó a estudiar por su cuenta desde los 11 años y ahora lo sigue aprendiendo en la carrera.

Le preguntamos cuáles son sus planes después de que lo operen. Él nos comenta: “Quiero seguir estudiando, y me gustaría dar pláticas para motivar a personas que están como yo”. Sobre la forma en que ha salido adelante su mamá opina: “Ella aprendió a hacer cosas por su cuenta, a cocinar, a lavar, a hacer todo lo de la vida diaria. Pienso que ser invidente no ha sido un impedimento para hacer sus cosas y yo la ayudo en lo que puedo”.

Para terminar nuestra plática le pedimos a Doña Enedina que le dé un mensaje a las madres de familia que también tienen un hijo enfermo. Ella nos comenta: “Que tengan primeramente fe en Dios, en que van a salir adelante. Que busquen la forma de ayudar y proteger a sus hijos, y que no desanimen. Dios nos manda a personas con un gran corazón para que nos ayuden. Aún hay gente muy buena”.

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Testimonios como los de Doña Enedina y Manuel Andrés nos ayudan a darnos cuenta de que la vida es valiosa y a agradecer lo que tenemos. Aprendamos del ejemplo de esfuerzo, voluntad y amor a la vida que ellos nos dan, e inculquémoslo a nuestros hijos.

Tomemos conciencia.

El bien de todos es tarea de todos.

Marcial Padilla

ConParticipación

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