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En México no se garantiza el derecho de morir sin dolor

El dolor crónico agudo es comparable a la situación que viven las personas que están bajo tortura.


  

“En México el acceso a servicios de cuidados paliativos y medicamentos esenciales para el tratamiento del dolor es muy limitado… Cuando los cuidados paliativos están disponibles, a menudo es debido a los esfuerzos de los médicos o los abogados de los pacientes y no es resultado de una política deliberada del gobierno, el sistema de salud o asegurador”, concluye el Informe, el cual se basó en 115 entrevistas con pacientes, médicos, especialistas en el tema y funcionarios del sector salud realizadas entre 2011 y 2014.

Para Diederik Lohman, el autor del Informe, el dolor crónico agudo es comparable a la situación que viven las personas que están bajo tortura.

“Yo he trabajado en HRW muchos años, desde 1997 en Rusia, y estaba entrevistando a muchas víctimas de tortura en la policía o en el ejército o en conflictos armados y vi que los testimonios de pacientes con dolor severo por cáncer no tratado y los testimonios de víctimas de tortura tradicional son muy parecidos, ambos grupos dicen que es un dolor inaguantable y que harían lo que sea por acabar con él.

“Muchas víctimas de tortura tradicional tienen la opción de confesar, como lo exigen los torturadores, pero el paciente con dolor severo no, si su médico no tiene los medicamentos o los conocimientos para manejar este dolor, no hay ninguna opción, no hay ninguna salida”, dijo Lohman en entrevista.

Agregó que aunque México tiene una Ley de avanzada, pues reconoce el derecho a recibir cuidados paliativos y control del dolor, no siempre se lleva a la realidad.

Entre las entrevistas realizadas por HRW para elaborar el informe hay ejemplos de mujeres y hombres con enfermedades crónicas que relatan sufrir un dolor insoportable y las dificultades para acceder a un tratamiento.

Solo en el DF, Jalisco, Durango y Guanajuato, los tres principales esquemas de salud -el IMSS, el ISSSTE y el IMSS- garantizan en al menos uno de sus hospitales el derecho a los cuidados paliativos y el control del dolor.

Lohman reconoció que a diferencia de lo que ocurre normalmente con los informes de HRW, cuando los cambios se dan una vez que se publicó el estudio y los gobiernos se incomodaron, en México ha habido reformas en los últimos meses que los obligó a actualizar sus conclusiones varias veces, ello debido al empuje de la sociedad civil. Entre ellos enumeró la emisión de la norma oficial mexicana en la materia, las flexibilizaciones por parte de Cofepris para la prescripción de morfina, entre otros. Sin embargo, dijo, los pacientes todavía no viven estos cambios y el desafío más importante será que los directores de los hospitales y de las unidades de atención primaria se den cuenta de la importancia de contar con estos servicios.

El Informe destaca que México tiene pendiente finalizar los cambios legales en materia de cuidados paliativos iniciadas en 2009 con la reforma de la Ley General de Salud, principalmente para eliminar la restricción de que solo aquellos pacientes con un pronóstico de seis meses de vida, a los que considera en situación terminal, puedan recibir estos servicios.

Llama también al gobierno mexicano a invertir en infraestructura, acercar estos servicios a los pacientes, además de capacitar especialistas, pues HRW detectó que apenas un puñado de escuelas de Medicina en el país incluyen el tema en su plan de estudios.

Ante ello, HRW concluye que México incumple con los estándares internacionales de derechos humanos que dictan que los servicios de salud deben estar al alcance de todos los sectores de la población.

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