Podría no enfrentar cargos de homicidio por la muerte del bebé debido a las políticas pro-aborto en Estados Unidos.

Una mujer en Colorado acusada de conducir con engaños a una mujer embarazada a un sótano y extraer a la bebé que llevaba en el vientre tras acuchillarla, podría no enfrentar cargos de homicidio por la muerte del bebé debido a la manera como las políticas de aborto complican la aplicación de las leyes penales en Estados Unidos.

Dentro de una controversia muy polarizada en el país, Colorado ha rechazado en dos ocasiones propuestas para que la muerte violenta de un bebé se considere homicidio, y ha rechazado sumarse a otros 38 estados y al gobierno federal por temor a que esas leyes sean utilizadas para restringir los abortos.

La coyuntura puede dificultar la acción de los fiscales en el caso contra Dynel Lane, de 34 años, arrestada por la espeluznante agresión que perpetró el miércoles en su casa contra Michelle Wilkins, que tenía casi ocho meses de embarazo. Wilkins sobrevivió, no así la bebé que llevaba en el vientre.

"De acuerdo con la ley en Colorado, básicamente no hay manera de presentar cargos de homicidio si la bebé no estuvo viva fuera de la madre", señaló Stan Garnett, fiscal federal del condado Boulder, de tendencia liberal.

Keith Mason, presidente de Personhood USA, un grupo provida que impulsa una iniciativa para que se castiguen los homicidios contra fetos en Colorado, describió la situación como "literalmente absurda".

Lane continúa encarcelada por presunto intento de homicidio y otros delitos.

Abogados y activistas afirman que el punto principal será decidir si la bebé estuvo viva afuera de la madre y si el acto que causó su muerte ocurrió dentro del cuerpo de la madre.

La abogada de Lane, Kathryn Herold, solicitó que un experto asistiera el viernes por la defensa a la autopsia.

"En este caso particular, la causa de la muerte será fundamental", declaró Herold.

Las leyes para castigar el homicidio fetal son promovidas con frecuencia por los detractores del derecho al aborto, y reciben la oposición de los defensores del aborto que temen que esas medidas resulten en una vía para socavar el derecho a la terminación de un embarazo.