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El Papa alienta la “cariñoterapia”. - ConParticipación 410 Gone

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El Papa alienta la “cariñoterapia”.

El Papa visita el Hospital Pediátrico "Federico Gómez" de la Ciudad de México.


  

 

En un rincón de la Unidad de Hemato-Oncología del Hospital Infantil de México "Federico Gómez", Fátima Vázquez González, de 2 años, espera en silencio. Su madre llora.


"Tiene insuficiencia renal terminal y está a la espera de un trasplante de riñón. Yo espero que el Papa me haga el milagro. Está en fase terminal", dice con voz entrecortada.


A su lado, Julieta Márquez aguanta a su niña de 11 meses, Alexa, envuelta en una cobija. Y también espera al Papa. "Quisiera un poco de paz", señala.


Francisco no ha llegado, pero lo hará alrededor de media hora antes del horario previsto, avisan sus colaboradores. Es la primera vez desde que llegó a México que el Papa se adelanta a una cita.


En tanto, dentro y fuera del hospital se oyen coros y gritos. "¡Francisco te queremos! ¡Francisco, Francisco!", claman decenas de personas.


Los pacientes del hospital han sido dispuestos en cuatro hileras. Los pequeños, 38 en total, están sentados delante de sus madres o en sus brazos. Hay varios enfermos de cáncer y leucemia.


En un costado, también están algunos Cardenales y Obispos, así como José Narro Robles, Secretario de Salud, y José Alberto García Aranda, director del nosocomio.


Sin apenas mirarlos, el Papa se dirige hacia los pequeños, los besa, los acaricia y habla con ellos.


Se agacha para escuchar lo que quieren decirle, uno por uno. Un funcionario vaticano va detrás de él y les entrega un rosario y una medallita a los menores.


Dirigiéndose a los médicos del hospital, Francisco agradece el esfuerzo del personal médico y el hecho de dar no sólo medicamentos, sino cariño también.


"Quiero pedirle a Dios que los bendiga, los acompañe a ustedes y a sus familias, a todas las personas que trabajan en esta casa y buscan que esas sonrisas sigan creciendo", refiere.


"A todas las personas que no sólo con medicamentos sino que con 'la cariñoterapia' ayudan a que este tiempo sea vivido con mayor alegría".


Rivera pone en los brazos del Papa a Rodrigo López Miranda, de 5 años, enfermo de acidez tubular renal. Rodrigo lo abraza y el mismo Pontífice le da en la boca una dosis de la vacuna contra la polio.


Los demás niños hacen ademán de levantarse para abrazar al Pontífice, pero alguien les dice que no.


"Dejen que se acerquen", pide Francisco.

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