La calle Androuet fue locación de la película ‘Amélie’ y en esta época del año, se transformó en una representación viva de la cultura mexicana.

La calle Androuet, una pequeña arteria del mítico y pintoresco barrio parisino de Montmartre, fue transformada en la “rue du Mexique” (la calle de México), un lugar que alberga los colores, formas, productos y sabores típicos de México.

Durante tres días, casi una docena de tiendas efímeras de artesanías, diseño, salsas y de tacos principalmente se instalaron en la calle de Montmartre, en la que se ubica una de las locaciones de la célebre película “Amélie” y en la que se colocaron decoraciones de papel típicamente mexicanas entre las casas del barrio.

Tacos, hamacas, productos mexicanos de diseño, artesanías típicas, rebozos de Jalisco, calacas, bolsas y salsas se vendieron entre otros productos netamente mexicanos en la calle, junto al pan de muerto, uno de los productos más exitosos que se terminó junto a los tacos, para los que se formaron largas filas.

Ahí se congregaron numerosos connacionales, pero también muchos franceses y niños disfrazados con trajes de Día de Muertos.

Ha funcionado muy bien. La verdad es que ha sido un fin de semana excelente. Hemos vendido muchísimo. Ha habido mucha gente y la gente espera que se haga mucho más grande”, explicó Alejandra Arce, que en su tienda vendió sobre todo pulseras, collares y artesanías.

Nos gusta presumir nuestro país, estamos orgullosos de él, queremos vender nuestro país de la mejor manera (...) Iniciativas como estas son la razón de ser de nosotros, de la Cámara en Francia”, declaró de su lado a esta agencia el presidente de la Cámara Económica de México en Francia, Edgardo Koestinger.

Debido a que la iniciativa tuvo lugar durante las festividades de Día de Muertos se proyectaron cortometrajes, hubo maquillaje de día de muertos para niños, así como una ofrenda tradicional.

La programación se completó con conciertos de dos grupos y de un mariachi francés.

El año próximo los promotores del proyecto quieren hacer una “privatización” mayor de la calle no sólo su decoración, sino que haya un programa más amplio de actividades.