Los altos cargos de la multinacional defienden que se trata de un “cierre temporal por necesidad de reorganización operativa”, al mismo tiempo que aseguran a través de un correo remitido a sus simpatizantes que están “en el momento más peligroso de sus más de 100 años de historia”.
El gigante del aborto estadounidense podría verse obligado a cerrar sus puertas definitivamente tras la victoria del republicano en las pasadas elecciones. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca supone el triunfo de los defensores de la vida, que anhelan el fin de la multinacional Planned Parenthood, entidad acusada de negociar con las partes de los bebés abortados.
La última prueba de ello son los datos arrojados por un reportaje publicado por el Milford Daily News, donde se informa sobre el cierre de dos centros en el estado de Massachusetts (en las ciudades de Milford y Somerville) hace apenas unas semanas. De acuerdo con dicho reportaje, estas dos clínicas de sumarían a otras tres del mismo estado que ya cerraron sus puertas el pasado mes.
Desde Planned Parenthood en Massachusetts, la presidenta y CEO Jennifer Childs-Roshak ha explicado que el cierre de ambos centros se debe a una “decisión estratégica” y que las necesidades de los pacientes de Milford y Somerville “han cambiado” mientras que otras comunidades “continúan teniendo necesidades de servicios de planificación familiar”.
