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La bandera negra de ISIS ya ondea en Filipinas.


  

 

Al menos 103 personas han muerto en la ciudad de Marawi, en la isla de Mindanao, en menos de una semana, durante los feroces enfrentamientos entre combatientes afiliados al llamado Estado Islámico y las fuerzas del Gobierno. La ley marcial fue declarada en toda la isla, en el sur de Filipinas.


El Presidente local Chico Usman dijo que los militantes entraron en la ciudad de 200.000 habitantes, y predominantemente musulmana, de repente, el 24 de mayo, con máscaras y rifles de asalto. "Todo el mundo se sorprendió y corrió a sus casas", dijo, añadiendo que pudieron oír disparos y combates hasta la mañana siguiente.


Las banderas negras de ISIS ondeaban en "todos los rincones de la ciudad", dijo Usman, que habló con CNN desde cerca Saguiaran, una ciudad a las afueras de Marawi, donde miles de personas buscaron refugio temporal.


Los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los militantes provocaron la muerte de 19 civiles, 11 militares y cuatro policías, hasta la tarde del domingo, según un portavoz de las Fuerzas Armadas de Filipinas (AFP). La AFP confirmó que 61 militantes también habían muerto.


En un incidente separado, otras ocho personas, que se cree estaban huyendo de la ciudad, fueron halladas muertas en un barranco. Testigos dijeron que se les pidió a las víctimas recitar las oraciones musulmanas, según CNN Filipinas. Los que no pudieron fueron tomados por los hombres armados. Filipinas es un país predominantemente católico, pero Mindanao tiene una importante población musulmana.


"Lo que está pasando en Mindanao ya no es una rebelión de los ciudadanos filipinos. Se ha transformado en la invasión de terroristas extranjeros", dijo el procurador general de Filipinas, José Calida, durante una rueda de prensa la semana pasada. "Quieren que Mindanao sea parte del califato".


Aunque ISIS aún tiene que declarar una wilayah -o estado- del califato en el sudeste asiático, como lo ha hecho en Libia y Arabia Saudita, muchos analistas creen que es simplemente una cuestión de tiempo.


La influencia de ISIS se ha extendido por todo el sudeste de Asia en los últimos años, con más de 60 grupos de la región que prometieron lealtad al autodeclarado califa Abu Bakr al-Baghdadi, de acuerdo con Rohan Gunaratna, director del Centro Internacional para la Investigación de la Violencia Política y el Terrorismo (ICPVTR), con sede en Singapur.

 

El Papa Francisco recibió por primera vez al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y abordaron algunos de los asuntos tratados en la cumbre del G7 celebrada este fin de semana en Taormina (Sicilia), sobre todo los relativos a Oriente Medio, informó la Santa Sede.


  

 

El Papa y Trudeau analizaron algunos de los resultados de la cumbre de las siete democracias más industrializadas, de las que Canadá forma parte junto a sus socios de Alemania, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido.


Especialmente hablaron sobre las zonas de conflicto en Oriente Medio, un tema que salió a relucir en la cumbre con el acuerdo de los líderes del G7 de aumentar sus esfuerzos en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) y la petición a Rusia e Irán de que usen su influencia en Damasco para contribuir a la pacificación en Siria.


El Sumo Pontífice y Trudeau subrayaron en el encuentro “las buenas relaciones bilaterales entre la Santa Sede y Canadá y la contribución de la Iglesia Católica en la vida social del país”.


El primer ministro canadiense acudió al Vaticano acompañado por su esposa, Sophie Trudeau, y tras su encuentro a solas con el Papa, se entrevistó, como es habitual en este tipo de reuniones, con el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, y con el secretario para las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher.

No es una visita de Estado. Pero el encuentro que el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo francés, Emmanuel Macron, mantendrán este lunes, 29 de mayo de 2017, podría ser decisivo


  

 

El primer encuentro entre Macron y Putin, que tendrá lugar este lunes, 29 de mayo de 2017 en el palacio de Versalles, está lleno de significado. La reunión de ambos mandatarios coincide con la inauguración de una exposición que conmemora el 300 aniversario de la visita a Francia de Pedro el Grande, que en su día marcó el inicio de los lazos franco-rusos. Para Putin será el primer encuentro cara a cara con un líder francés en los últimos cinco años.


Las relaciones entre ambos países son tensas y Macron tiene la ocasión de recibir a Putin sin alojarlo oficialmente en el palacio del Elíseo, "lo que conllevaría todo tipo de obligaciones protocolares”, dice a Deutsche Welle Manuel Lafont Rapnouil, director de la oficina de París del Consejo Europeo de Relaciones Externas (ECFR por sus siglas en inglés). El apoyo de Moscú al presidente sirio Assad y el papel impulsor de Francia en la imposición de sanciones a Rusia por el conflicto de Crimea han tensado las relaciones entre ambos países


Además de inaugurar juntos la exposición sobre Pedro el Grande, ambos presidentes hablarán sobre relaciones bilaterales, lucha contra el terrorismo y los conflictos en Siria y Ucrania. Los expertos no creen que este encuentro vaya a significar un punto de inflexión en las relaciones, ya que se trata de un primer acercamiento entre ambos políticos. Lafont Rapnouil sugiere que, más bien, Putin y Macron reiterarán sus respectivas posiciones sobre Siria y Ucrania.


Sin embargo, el analista cree que ambos mandatarios necesitan esta reunión. "Macron se presenta como nuevo presidente, como nuevo miembro de un club y como alguien que representa los intereses de Francia y Europa a nivel internacional”, dice a DW. Macron ya se ha encontrado con la canciller alemana, Angela Merkel, en Berlín, y ha asistido a la cumbre de la OTAN en Bruselas y al encuentro del G7 en Taormina.


"Recibir a Putin significa para Macron subrayar su nuevo estatus como uno de los líderes de una Europa unida”, dice Tatyana Stanovaya, experta en París del think tank moscovita Centro de Tecnologías Políticas. "Para Putin, es importante mirar a Macron a los ojos y familiarizarse con su perfil psicológico”, prosigue Stanovaya. "Putin quiere saber qué tipo de persona es Macron y qué tipo de lenguaje puede hablarse con él”. Lafont Rapnouil, por su parte, cree que Putin "tiene un enfoque personal hacia la política exterior y por eso le interesa mantener este encuentro”.

Bajo imponentes medidas de seguridad tras el atentado el lunes en Manchester, con tiradores de élite en los tejados, drones y cámaras de vigilancia, la pequeña ciudad siciliana de Taormina acoge a los líderes de Estados Unidos, Alemania, Francia, Canadá, Italia, Reino Unido y Japón


  

 

Los líderes de las siete mayores potencias económicas del G-7 se reúnen este viernes y sábado en la ciudad italiana de Taormina (Sicilia) decididos a luchar unidos contra los grupos yihadistas, a pesar de sus divisiones en temas como el proteccionismo y el cambio climático.


Bajo imponentes medidas de seguridad tras el atentado el lunes en Manchester, que causó 22 muertos, con tiradores de élite en los tejados, drones y cámaras de vigilancia, la pequeña ciudad siciliana de Taormina acoge a los líderes de los Estados Unidos, Alemania, Francia, Canadá, Italia, el Reino Unido y Japón.


La cumbre de dos días en la medieval Taormina arranca empañada por la muerte de tantos niños y adolescentes en el atentado en Manchester, por lo que la primera ministra británica, Theresa May, lanzará el viernes un llamado a los países del G-7 para luchar contra la radicalización en internet.


Tanto la británica May como el presidente estadounidense Donald Trump, el francés Emmanuel Macron y el italiano Paolo Gentiloni viven su primera vez en la selecta reunión de las democracias más industrializadas.


La cumbre en Italia es considerada como una prueba clave para medir la seriedad de la nueva administración estadounidense y conocer si Trump implementará sus controvertidas promesas de campaña electoral contra el acuerdo de París sobre el cambio climático.


Los altos funcionarios de los Gobiernos están dispuesto a negociar sin descanso y hasta lo último para tratar de salvar lo que hasta ahora resultan diferencias irreconciliables de cara a la intención anunciada por Trump de romper el pacto mundial histórico logrado en París para reducir las emisiones de carbono.


Importantes delegados admiten que es necesario limitar los daños ante los temores de que la presidencia de Trump comience a aplicar el lema de campaña "America First" ("Estados Unidos, primero").


El anfitrión de la cumbre, Paolo Gentiloni reconoció la víspera de la reunión que la situación no es fácil.

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