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Conmemorarán la liberación de Auschwitz, símbolo de la memoria del Holocausto

 

Auschwitz es uno de los campos de concentración más sanguinarios de la Segunda Guerra Mundial, donde se calcula murieron 1.1 millones de personas.


  

 

Auschwitz, donde se llevó a cabo la fase decisiva del genocidio judío, se ha convertido en el lugar emblemático de la memoria del Holocausto, pero se necesitó tiempo para comprender toda su importancia y su dimensión central en la historia contemporánea.


La liberación del campo por el ejército soviético el 27 de enero de 1945 se conmemorada hoy martes con una ceremonia a la que asistieron varios jefes de Estado europeos.


Tras el estupor e incluso la negación de la realidad en ciertos países, se han necesitado 70 años para comprender la enormidad de lo que ocurrió en pleno corazón de Europa: una máquina de muerte programada, sistemática e industrial que tenía el objetivo de borrar de la faz de la Tierra a todo un pueblo.


Y sin embargo, ya en el verano de 1942, "la información sobre las matanzas de judíos en los territorios conquistados por el ejército alemán era total, las élites políticas lo sabían, tanto en los países aliados como en los neutrales", señala el historiador francés, Georges Bensoussan.


En octubre de 1943 apareció en Nueva York el Libro negro de los judíos de Polonia, que describe con precisión los guetos, las matanzas, las deportaciones y el exterminio.


Paralelamente, en el frente del este, en los territorios ganados a los nazis, los corresponsales de guerra soviéticos reunían indicios y testimonios para otro Libro negro, del que sólo se publicaron extractos.


"Pero no se tenían las herramientas intelectuales para comprenderlo. Durante mucho tiempo se pensó que era un incidente de la guerra, una barbarie más de los nazis", explica Bensoussan, responsable editorial del Memorial de la Shoah de París, uno de los museos de historia de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial más importantes del mundo.


Al terminar la guerra, los judíos que sobrevivieron eran tan pocos que se mezclaron con la masa de prisioneros de guerra, de trabajadores forzados y de deportados políticos.


Los nazis borraron los rastros de sus crímenes, hicieron desaparecer las fosas comunes de las matanzas y las fábricas de muerte de Belzec, Sobibor o Treblinka, pero quedó Auschwitz, un vasto complejo en el que se agrupaban campos de concentración y de trabajo y campos de exterminio.


El tema no interesaba


"Se necesitó tiempo y el trabajo de los historiadores para descubrir la dimensión central del genocidio, en primer lugar en el pensamiento nazi", indica Bensoussan.

Y no fue fácil porque "el tema no interesaba".


El hoy célebre libro de Raul Hilberg La destrucción de los judíos de Europa, escrito en 1957, tardó cuatro años en encontrar un editor en Estados Unidos y no fue publicado en Francia hasta 1988.


La literatura desempeñó también un papel esencial en la comprensión del horror, gracias a los libros escritos por supervivientes de los campos o niños escondidos.

 

 

 

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