No es una victoria definitiva, pero es un paso a favor de la vida en EEUU.

Una corte federal de apelaciones respaldó partes clave de una estricta ley que prohíbe el aborto en Texas y que podría llevar al cierre de la mayoría de las clínicas para interrumpir el embarazo en el segundo estado más grande de Estados Unidos.

La decisión que tomó el martes la corte de apelaciones del 5to Circuito en Nueva Orleáns responde a la demanda que desafía a una de las más rígidas leyes contra el aborto que existen en el país.

La ley respaldada por los republicanos exige que quienes practican el aborto en Texas operen bajo estándares similares a los de hospitales, que de acuerdo con los propietarios de pequeñas clínicas requieren mejoras que implican costos que no pueden solventar.

Los opositores consideran que es un intento velado de prohibir los abortos, que son legales desde que un fallo de la corte suprema los permitió en 1973. El gobernador republicano Greg Abott y otros conservadores dicen que las modificaciones protegen la salud de las mujeres.

Quienes practican abortos deben dirigirse ahora a la Corte Suprema de Estados Unidos, que el año pasado apoyó temporalmente la ley de Texas.