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Me compraron, como un supermercado, y me quitaron la etiqueta

Una mujer cuenta su testimonio después de haber sido "comprada" como "bebé probeta" hace 36 años. Hoy vive buscando constantemente a su padre biológico, que según la ley belga no puede conocer, y no sabe cuántos hermanos y hermanas pueda tener.


  

 

Con su asociación, Stephanie Raeymaekers ya ha encontrado a 400 personas concebidas en probeta y junto a ellas lucha para cambiar esas «leyes injustas que no consideran los derechos de los niños, sino que ven a los niños como un derecho».


-Stephanie, ¿cómo has nacido?
-Soy una de las primeras personas concebidas con el esperma de un donador elegido en un banco de semen, hablamos de los años setenta. Mis padres querían tener hijos pero mi padre era estéril. Un médico les aconsejó la fecundación heteróloga, por lo que mi madre tomó hormonas para estimular la ovulación y los tres óvulos que resultaron del tratamiento fueron fecundados in vitro con el esperma de un donante anónimo. En 1979 nacieron trillizos: mi hermana, mi hermano y yo.


-¿Cuándo supiste la verdad sobre tu concepción?
-Cuanto tenía 25 años, porque el médico les había aconsejado a mis padres no decirnos nada. Esta es una maldición, pero no hay que ser ingenuos. Funciona así. Los médicos les dicen a los padres que no hagan más complicada una situación ya compleja.


-¿Y cómo lo descubriste?
-Del peor modo posible. Un amigo de mi hermano lo supo, se lo dijo a su novia, que se lo dijo a mi hermano, que me lo dijo a mí. Lo supe cenando, el día de nuestro 25 cumpleaños. No fue el modo mejor de recibir esta noticia, pero estoy contenta de haberlo sabido.


-¿Por qué?
-Porque entendí muchas cosas. Me expliqué finalmente esa impresión constante de no tener nada que ver con mi padre.


-¿Cómo reaccionaste a la noticia?
-Al principio me enfadé muchísimo, porque mis padres me habían mentido durante 25 años sobre información fundamental para mí, sobre quién me había realmente hecho. Con el tiempo la rabia disminuyó y aparecieron muchas preguntas: ¿quién es de verdad mi padre? ¿Está vivo? ¿Está muerto? ¿Cuántos hermanos y hermanas tengo verdaderamente? ¿Ha dado su esperma a otros? ¿Me parezco a él? ¿Piensa en mí? Sé que no sabe nada de mí, per tal vez piensa en los hijos que han sido concebidos con su esperma. ¿Lo ha hecho por dinero? ¿Para ayudar a los otros? Antes mi vida era simple, ahora es mucho más complicada.


-¿Cómo ha influido todo esto en la vida de vuestra familia?
-Quiero a mis padres y quiero a mi padre, que seguirá siendo tal, aunque no me haya concebido biológicamente. Pero la relación ha sufrido, es normal. Cuando lo supe, mi padre me dijo: «El hecho de que tú no seas mía biológicamente interfiere en la relación que tengo contigo. De hecho, me recuerdas constantemente que soy estéril».


-¿Qué significa haber sido concebido en probeta de un donante de esperma anónimo?
-Me siento como si faltara una pieza del puzzle. Es frustrante porque quiero saber de dónde vengo, pero por ley no puedo. A los 25 años tuve una crisis de identidad, porque siempre me he concebido como hija biológica de una persona que en la realidad no era mi padre. Ha sido muy extraño: todo cambia, aunque permanece igual.


El concebido es la persona más importante, y sin embargo es el único que no tiene elección: los padres pueden elegir, el donante puede elegir, el concebido no. Y él es el que es literalmente "hecho" con el material genético de otro. No se pueden condenar así a las personas, haciendo ver que algunas informaciones no son importantes. Y no es porque lo digo yo.

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