Podría tratarse de un sabotage para entorpecer la posible victoria de Morena.

Quizá la sonrisa de Duarte al ser aprehendido por las autoridades guatemaltecas, se debía al posible “complot” que tanto el ex gobernador de Veracruz como los priistaas habrían estado planeando en contra del dirigente de Morena.

Y es que todo parece estar en contra de los miembros del partido de izquierda, tras liderar las encuestas en el Edomex. Entonces, la figura del ex priista sería el arma de destrucción masiva que tanto Peña Nieto como Duarte usarán contra AMLO, a cambio de un prometido trato benévolo, con una pena de cárcel corta para después ponerlo en la calle para disfrutar de su fortuna.

Desde ahorita ya comenzaron las apuestas: unos confían en que Duarte será extraditado a México días antes de 4 de junio, a tiempo para “incriminar” a Obrador y simultáneamente posicionar al PRI como un partido que combate a la corrupción.

También López Obrador ya se anticipó y dijo a sus seguidores que es posible que el veracruzano declare en su contra argumentando que fue él quien pagó la campaña de Morena.

Aunque son los ciudadanos los principales actores en elegir qué verdad es la que compran, sólo resta decir que no fue el partido de izquierda el que ganó las elecciones veracruzanas.