El Tribunal Supremo de Estados Unidos declinó ayer, con una marcada división interna, bloquear la nueva ley del aborto en Texas, como pidieron a principios de mes las clínicas texanas que proveen estos servicios.
El Tribunal desestimó la petición de las clínicas por 5 votos a 4, según aparece en la resolución, y la totalidad de la ley del aborto seguirá en vigencia en Texas, a raíz de la cual un tercio de los centros sanitarios se vieron obligados a cerrar.
La portavoz de la Fiscalía General del Estado de Texas, Lauren Bean, celebró la posición del Tribunal Supremo y consideró en un comunicado que las regulaciones del aborto son ‘de sentido común y perfectamente constitucionales’.