Un par de gemelas se salvó de ser abortadas, por haberse gestado con una “malformación”, que en algún momento puso en riesgo sus vidas, gracias a la pericia de los médicos y el amor de sus padres. Un ejemplo de que cuando la vida y el amor se imponen, nada es imposible.
Allison June y Amelia Lee Tucker, son un par de hermanitas felices y saludables que comparten galletas y se empujan mutuamente en un cochecito. Cuando alguien las ve, difícilmente imaginaría que han pasado la mitad de sus jóvenes vidas unidas por el tórax y el abdomen.
Shellie y su esposo Greg son originarios de Adams, Nueva York. En Noviembre de 2011, cuando Shellie tenía cinco meses de embarazo, se les dijo que sus hijas eran siamesas. Un obstetra que se encarga de los embarazos de alto riesgo, dijo a la pareja que las chicas no tenían ninguna probabilidad de ser separadas con éxito y, como ya tenían un hijo, les aconsejó abortarlas.
"A medida que el médico me estaba diciendo que las abortara, yo podía sentir literalmente a las chicas pateando en mi vientre y supe que matarlas no era algo posible", dijo Shellie, la orgullosa madre que optó por que sus hijas vivieran.
Los Tucker buscaron una segunda opinión en el Hospital de Niños de Filadelfia, donde los médicos determinaron las niñas podían separarse.
Shellie Tucker continuó su embarazo y dio a luz a Allison y Amelia en Marzo de 2012. Durante los siguientes ocho meses, la familia entera incluyendo a Owen, el hermanito mayor de 2 años de edad, se mudó al Hospital.
El 7 de noviembre del 2012, un equipo de 40 médicos y enfermeras llevó a cabo una cirugía maratónica de siete horas para separar Allison y Amelia, y empezar una nueva vida en familia.
"Al verlas por primera vez, como dos niñas separadas fue realmente la sensación más increíble", dijo Greg Tucker.
Hoy en día, a más de un año desde la cirugía, Allison y Amelia están prosperando como dos niñas muy individuales.
"Ver a las chicas subir y entrar a la casa, después de lo que vivimos, me hace sonreír, porque son un verdadero milagro ", asegura Shellie Tucker.
" Estoy agradecida por cada día ", añade la feliz mamá. "No puedo describirlo".
