Los mapas del aborto y del divorcio a escala planetaria muestran que existe una relación sorprendentemente exacta entre los dos fenómenos: allí dónde más permisiva es la legislación sobre el aborto, más divorcios se dan. Son nuevas evidencias de la crisis de la familia que envuelve Occidente 

¿Alguien podría haber sospechado que el aborto y el divorcio están relacionados? Pues así es: dónde más aborto hay, también hay más divorcios. La relación entre el aborto y el divorcio puede parecer una banalidad, pero lo cierto es que si se comparan dos mapas de estos dos fenómenos, la relación entre ellos se vuelve sorprendentemente exacta.
A pesar de que la tasa de divorcios para los países europeos está un poco hinchada porque el número de matrimonios se encuentra en claro retroceso, la conclusión es inequívoca: allí donde más se ha liberalizado el aborto, más divorcios hay.

Luego que Chile rechazara la resolución de la ONU sobre la “Protección de la Familia”, la abogada Jimena Valenzuela, directora de la organización Hacer Familia, señaló que esto “denota la mentalidad que se está imponiendo para cambiar radicalmente el concepto de familia”. 

Según la especialista en temas de familia, “lo que se pretende es que se cambie radicalmente el concepto de familia” en Chile, cosa que “se ve reflejada en las políticas públicas y en los proyectos de ley que se están presentando en el Congreso por parte del Ejecutivo”, como el aborto, el acuerdo de vida en pareja, la ley que permite el cambio de género, las leyes de derechos sexuales y reproductivos de la mujer, entre otras. 

“En la inclusión que hace la ONU a la familia subyace la idea de la llamada ‘familia tradicional’: padre, madre e hijos, unidos en una relación estable y permanente. Es a este concepto de familia al que se oponen”, asegura la abogada. Agrega que “se pretende no que se excluya a la familia de las resoluciones de la ONU, sino que haya una redefinición del concepto de familia que consagre ‘todo tipo de familias’”.

Es la voz de la pequeña Blanca, que pudo ser ‘abortable’ bajo el supuesto de enfermedad o malformación fetal. Con esto, se hace un llamado al verdadero progreso: proteger la vida, asistiendo a los más vulnerables.

El Gobierno español está a punto de aprobar el Proyecto de ley de Protección de la Vida del Concebido, pero dando cabida a la condena a muerte de los bebés con enfermedad o malformación.

Como denuncia la portavoz de Derecho a Vivir, la Dra. Gádor Joya, dijo que «mantener este supuesto es avalar precisamente la eliminación de los seres humanos más vulnerables y dignos de atención, simplemente por no pasar el "control de calidad" de la ingeniería eugenésica».
Los ciudadanos están enviando masivamente al Presidente del Gobierno y a todos los ministros el vídeo protagonizado por la pequeña Blanca, de 9 años pero que según este supuesto pudo ser “abortable” al presentar espina bífida, en el que realiza una sencilla pregunta: «¿Por qué los niños con alguna enfermedad no tienen el mismo derecho a vivir que los niños sanos?».

En medio de la polémica por la aprobación del protocolo del aborto “terapéutico” en Perú, la periodista Rossana Echeandía recordó que en esta práctica se obtiene como resultado “una persona pequeñita hecha pedazos”. 

En su columna titulada “¿Contenido uterino?” publicada en el diario El Comercio, Rossana Echeandía subrayó que “eso que la ministra Midori de Habich llama ‘contenido uterino’ en su protocolo de aborto ‘terapéutico’ tiene otro nombre, uno que no miente sobre lo que realmente es: un ser humano con derechos expresamente señalados en la Constitución Política del Perú que ella y todo el gobierno humalista están obligados a respetar y hacer respetar”.

“Ese ‘contenido uterino’ de hasta 22 semanas, tal como dice el protocolo, será evacuado según el método más conveniente. Ya que se exige toda la información en este tema, la ministra Midori de Habich debería explicar también, con exactitud, cómo funcionan los métodos que aplicará”, demandó.