En su publicación, que ha sido compartida más de 110 mil veces, también promete que no permitirá que su pequeño hijo de solo 17 meses de edad crezca con temor ni odio a ISIS.


  

 

"No tendrán mi odio". Así comienza el poderoso mensaje que Antonine Leiris dirigió a los terroristas de ISIS que asesinaron a su esposa en los atentados de París el último viernes.


Leiris escribió en su perfil de Facebook un mensaje en honor a su esposa Helene Muyal-Leiris tras recoger sus restos. Helene tenía 35 años de edad.
En su publicación, que ha sido compartida más de 110 mil veces, también promete que no permitirá que su pequeño hijo de solo 17 meses de edad crezca con temor ni odio a ISIS. Los atentados de París dejaron al menos 129 muertos.


Esta es la traducción del post original:


No tendrán mi odio


La noche del viernes ustedes robaron la vida de un ser excepcional, el amor de mi vida, la madre de mi hijo, pero ustedes no tendrán mi odio. No sé quiénes son y tampoco quiero saberlo, ustedes son almas muertas. Si ese Dios por quien ustedes matan tan ciegamente nos ha hecho a su imagen, cada bala en el cuerpo de mi mujer habrá sido una herida en su corazón.


Así que yo no les daré el regalo de odiarlos. Ustedes lo están buscando, pero responder al odio con la cólera sería ceder a la misma ignorancia que hace de ustedes lo que ustedes son. Ustedes quieren que yo tenga miedo, que mire a mis conciudadanos con ojos desconfiados, que sacrifique mi libertad por la seguridad. Perdieron. Sigo siendo el mismo de antes.


Yo la he visto esta mañana, finalmente, después de noches y días de espera. Ella estaba tan hermosa como cuando partió el viernes por la noche, tan bella como cuando me enamoré perdidamente de ella hace más de 12 años. Por supuesto que estoy devastado por el dolor, les concedo esa pequeña victoria, pero esta será de corta duración. Sé que ella nos acompañará cada día y que nos volveremos a encontrar en ese paraíso de almas libres al que ustedes jamás tendrán acceso.


Nosotros somos dos, mi hijo y yo, pero somos más fuertes que todos los ejércitos del mundo. Y ya no tengo más tiempo para darles, tengo que volver con Melvil que ya ha despertado de su siesta. Tiene apenas 17 meses de edad. Va a comer su merienda como todos los días, después vamos a jugar como siempre y, toda su vida, este pequeño niño les hará frente siendo feliz y libre. Porque no, ustedes no obtendrán su odio.

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En medio de la tragedia Parisina se presentaron diversos actos de solidaridad entre quienes se encontraban en la zona, de entre ellos destaca una historia de amor y sacrificio de una pareja de esposos.


  

 

Ángela Reina es la esposa de Juan Alberto González, uno de los españoles fallecidos en el asalto yihadista a la sala Bataclan de París. Ella se encontraba junto con su esposo dentro de la sala y ha narrado cómo sucedieron los hechos y el intento de su marido por protegerla a pesar de estar gravemente herido.


"Movió sus piernas para que quedara debajo de él. Me intentó proteger, estoy segura". "Se incorporó sentado y me tocó, me dijo algo que no pude entender. Creo que dijo mi nombre", relata.


"Escuché los disparos y todos nos tiramos al suelo. Nosotros estábamos por el centro de la sala, un poco a la izquierda. Antes de los disparos, Juan Alberto estaba delante de mí, por lo que al tirarnos al suelo, mi cabeza quedó cerca de sus piernas, instintivamente, yo trataba de cubrirme la cabeza", cuenta la esposa del español fallecido.


"En ese momento no sabía dónde estaba él pero estoy segura de que él sí sabía dónde estaba yo porque movió sus piernas para que mi cabeza quedara debajo de él. Me intentó proteger, estoy segura. Además, al rato, él se incorporó sentado y me tocó, me dijo algo que no pude entender".


"Creo que dijo mi nombre, y le vi como mareado, me incorporé y me deslicé sentada hacia él, intenté sujetarlo entre mis brazos, vi que había sangre y creo que empecé a gritar, eso no lo recuerdo bien", recuerda Reina.


Además la esposa de Juan Alberto González precisa que poco después "volvió a haber disparos por lo que volvimos a tumbarnos en el suelo y me quedé tumbada en su pecho".


"Hubo un momento en el que alguna gente se levantó y corrió pero Juan Alberto no se podía mover, estaba inconsciente por lo que no podíamos irnos. Me quedé con él hasta que llegó la policía y dijeron que teníamos que salir. Cuando les dije que mi marido se no se podía mover, que no me contestaba, me dijeron otra vez que me tenía que ir fuera, que si no salíamos los servicios de emergencia no podían intervenir", explica.


"Nos llevaron fuera a la calle y a un patio y no me dejaron volver. No me dejaban volver, una chica, Claire, se llamaba, me dijo que me tranquilizara, que ya le habrían metido en la ambulancia y que le estarían curando y me ayudó a lavarme", concluye.


En el ataque a la sala Bataclan fue uno de los seis que se produjeron en París el viernes 13 de noviembre y en el que murieron más de cien personas.

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Los 10 “nunca” del matrimonio

En la relación matrimonial existen varias situaciones que en lugar de contribuir, lesionan a los cónyuges, dando opción a que se formen pequeñas heridas que en un principio pueden parecer insignificantes, pero con el tiempo, pueden llegar a volverse muy nocivas.


  

 

10 situaciones que ojalá nunca estén presentes en el matrimonio:


1. Nunca hablen mal del cónyuge con nadie


La ropa sucia se lava en casa, reza un dicho muy sabio. Es mejor que los problemas se hablen y se resuelvan entre los esposos.


2. Nunca hablen ni piensen en singular


Desde el momento en que ambos dijeron "acepto" se convirtieron en una sola carne y una sola alma. Esto también implica compartir los bienes materiales, por lo que se debe pensar siempre en plural al tomar decisiones, principalmente las que implican dinero.


3. Nunca se griten


Los gritos son una falta de respeto que deteriora las relaciones, no son propios del lenguaje del amor. Existen otras formas de expresar los desacuerdos y las diferencias.


4. Nunca se duerman sin terminar una discusión


A veces la indiferencia o el silencio parecen resolver los problemas, pero esto no es cierto. La mejor herramienta es la comunicación oportuna, cuando ambos tengan sus pensamientos claros y fríos.


5. Nunca dejen de retroalimentarse


Cuando algo de su pareja no le guste (un gesto, una palabra, un comportamiento...) comuníqueselo de inmediato y juntos busquen la salida.


6. Nunca pongan a sus hijos antes que al cónyuge


Si bien es cierto que los hijos demandan atenciones y cuidados de parte de los padres, hay que tener claro que la prioridad es la pareja. Si los cónyuges están bien, los hijos también lo estarán.


7. Nunca discutan frente a los hijos


Los hijos deben ser un factor de unión en el matrimonio. Una pelea frente a ellos no solo les puede generar inseguridad, sino efectos a largo plazo como agresividad, ansiedad y depresión.


8. Nunca pierdan el romanticismo


El romanticismo es uno de los aliados por excelencia que tienen los esposos para mantener vivo el amor a través de los años. Es por eso que los cónyuges no deben descuidarse y menos dejar que otros aspectos les roben el espacio mutuo.


9. Nunca entren en conflicto con la familia del cónyuge


La relación con la familia política es la piedra en el zapato de muchos matrimonios. Hay que conservar un mínimo trato de cordialidad y respeto, por el bien de todos.


10. Nunca se olviden de Dios


Por último, pero lo más importante, ubicar a Dios como centro de la vida matrimonial y familiar. Si Dios está presente en la vida cotidiana y en todas las decisiones, con seguridad que el amor reinará en el hogar.

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La pareja que se encuentre enfrentando una crisis puede acudir a una orientación o bien ayudarse de la literatura a favor de la unión matrimonial.


  

 

Durante la inauguración de la XVII Exposición del Libro Católico en La Plata (Argentina), el Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, reflexionó sobre los problemas pastorales que enfrentan la Iglesia sobre la familia y cómo una buena lectura católica puede ayudar a remediar este problema.


El Prelado indicó que existe una "ingenuidad" porque "actualmente no se sabe muy bien qué es una familia: hay familias separadas, ensambladas, igualitarias, de hecho y otras combinaciones".
Puntualizó en el nuevo Código Civil argentino "ha hecho del matrimonio un rejunte provisorio, condición que va a afectar de provisoriedad a la familia".


Al respecto, señaló que "el problema pastoral más importante es que hoy un porcentaje altísimo de los bautizados no se casa, vive en pareja. Tendríamos que promover entre los jóvenes la vocación al matrimonio cristiano, como intención básica de una educación de los niños y adolescentes para el amor, la castidad, el sacramento nupcial y la familia"


Como modo de enfrentar estos problemas, Mons. Aguer manifestó que en el evento se ofrecen "buenos libros para que leídos en familia contribuyan al crecimiento de sus miembros".


"Se aconseja entonces a las familias, a las familias católicas en primer lugar, que dediquen algún rato a leer juntos, como por ejemplo antaño muchos padres solían reunir a sus hijos para leerles algún pasaje de la Biblia o un libro edificante", comentó.


"Son libros, en fin, que pueden interesar a un católico para formarse e informarse sobre los grandes problemas que preocupan, o deberían preocupar, al hombre de hoy. Sana y bella literatura, además", subrayó.

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¿Por qué los jóvenes no se casan?

Quizá el verdadero problema sea que, como sociedad, hemos elevado demasiado las expectativas. O que hemos perdido valentía y confianza en la fuerza del amor.


  

 

Un origen oscuro


Cada vez hay más gente "soltera y sin compromiso", en especial en los países europeos, aunque los latinoamericanos no se quedan atrás, también siguen esta tendencia.


Según Eurostat la media de matrimonios anuales en Europa es de 4 por cada 1000 habitantes cuando hace solo 25 años, en 1990, el número era de 6 por 1000 habitantes. En algunos países, hoy se celebran la mitad de matrimonios que hace 25 años.


Motivos de estas cifras


Los datos anteriores tienen sus causas y motivos: hay sin duda condiciones objetivas que lo hacen difícil; pero hay también razones por las que la gente prefiere comportarse de otro modo.


1. Vivienda y trabajo


Entre las causas del descenso de los matrimonios se suele citar el problema de la vivienda, cuyos precios se han hecho prohibitivos para unos jóvenes que, aunque tienen un nivel educativo cada vez más elevado, se encuentran con que no tienen trabajo o se han de conformar con un empleo precario, temporal y mal remunerado.


2. Emancipación


La emancipación es cada vez más tardía, sobre todo en países como Italia y España, donde casi un 40% de los jóvenes de 25 a 34 años siguen viviendo con sus padres, cuando en 1990 eran solo un 25%. La familia de origen se vive ahora como un lugar de protección y seguridad, en el que los jóvenes se benefician de una armonía generacional sin precedentes y, además, en régimen de libertad.

3. Sospecha de la institución


En cuanto a los motivos, según otras encuestas, cuando se pregunta a las parejas de hecho por qué no se casan, casi un tercio responde que "no creen en los compromisos escritos" o que "no creen en el matrimonio", quizá desencantados por el pobre ejemplo recibido.


4. Miedo al compromiso


Con todo, la gran mayoría de la gente sigue apreciando de veras el matrimonio. Incluso dos de cada tres de los que forman uniones de hecho lo valoran positivamente y entienden su propia convivencia como una etapa previa, provisional, orientada al matrimonio. Si esto es así, entonces, ¿qué motivos tienen para no casarse?


5. Cuestión de mentalidad


En efecto, el matrimonio tiene prestigio social. Casarse da estabilidad a la pareja pues reafirma públicamente la voluntad firme de inaugurar un proyecto de familia compartido con quien se ama. El matrimonio sigue teniendo un componente institucional importante. Ahora bien, en la mentalidad cultural actual, al matrimonio le rodean importantes riesgos e incertidumbres. Es difícil fijar las expectativas, anticipar las obligaciones mutuas y los comportamientos que resultarán apropiados en el incierto contexto social, laboral, económico y cultural actual.


6. El ejemplo del divorcio y la ruptura


Por otra parte, el divorcio y las separaciones se han multiplicado en una generación y han llegado a formar parte del horizonte probable para quienes hoy se casan: según Eurostat, los divorcios han aumentado un 25% en los últimos 20 años en Europa.

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La preparación al matrimonio es algo importante que la pareja a casarse debe tomar en cuenta.


  

 

Para el Cardenal Peter Erdo, Arzobispo de Budapest (Hungría) y Relator del Sínodo de los Obispos sobre la Familia, la preparación de los novios para el matrimonio es fundamental. Por eso el primer día pidió en la Asamblea "profundizar" en algunos aspectos y acudir a movimientos, nuevas comunidades y grupos parroquiales que les ayuden también a anunciar la Buena Noticia con "coraje".

 
En una extensa intervención sobre los principales temas que abordarán los Padres Sinodales las próximas tres semanas, el Purpurado destacó que "la preparación de los novios, que compromete a menudo la atención de los prometidos a nivel exterior y emocional, debe ser enriquecido poniendo propiamente el acento sobre el carácter espiritual y eclesial".


Por ello, "la preparación pastoral del matrimonio necesita profundizar en estos aspectos poniendo sobre todo en evidencia las propiedades esenciales del matrimonio a nivel natural y sobrenatural".


El Cardenal manifestó que es "extremadamente útil la participación gozosa de la comunidad cristiana que acoge a la nueva familia, la cual debe sentirse miembro vivo de la familia eclesial".

 

Para ello aseguró que "resulta muy útil la participación de familias católicas comprometidas en la preparación de los prometidos".


De hecho, "los nuevos esposos pueden conocer una comunidad de verdaderos amigos, y de estos encuentros pueden nacer relaciones humanas de enriquecimiento, de apoyo y de ayuda también en las situaciones difíciles o en los problemas de la pareja".


Perteneciendo a un grupo así, "se puede madurar también la fe de los esposos, sobre todo si estas comunidades de familias se encuentran regularmente, leen la Sagrada Escritura, rezan juntos y cultivan la propia fe a la luz de las enseñanza de la Iglesia, sobre todo a través del Catecismo de la Iglesia Católica".


En su opinión, "la formación de tales grupos de familias parece un signo de los tiempos". A menudo, "nacen en el interior de nuevas comunidades o movimientos eclesiales, pero también a nivel parroquial".


Por ello "parece una tarea urgente y fascinante que la formación de tales comunidades venga promovida y apoyada en todas las diócesis".


El Cardenal pidió a los obispos una "conversión del lenguaje para que resulte efectivamente significativo". "Esto constituye un desafío para los obispos, para los sacerdotes y para los otros ministros de la Palabra, y requiere, o puede requerir, nuevas formas de catequesis y de testimonio, en plena fidelidad a la verdad revelada por Cristo".


"Si hablamos desde lo profundo de nuestro corazón, si no nos cansamos de dar cuenta a nosotros mismos ante de todo de nuestra fe, entonces podemos dirigirnos a los otros con convicción y coraje".


"Si decimos francamente a los otros aquello que creemos, no debemos tener miedo de no ser comprendidos en cuanto que somos hijos de nuestro tiempo".


Así, "aunque no todos aceptarán el anuncio será comprensible para la propuesta. Esto viene confirmado especialmente de la experiencia de las misiones en las grandes ciudades".


En su opinión, además del anuncio de la Buena Noticia en la familia, "es necesario ayudar también a cuantos viven en situaciones problemáticas y difíciles en el discernimiento sobre su condición de vida a la luz del Evangelio".

 

 

 

 

 

 

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Un matrimonio no se anula

No es lo mismo anular un matrimonio, que declarar que fue nulo desde su celebración; es decir, que desde el principio no hubo verdadero matrimonio.


  

 

Muchas personas han malinterpretado la decisión del papa Francisco de agilizar los procesos para declarar si un matrimonio fue nulo desde su celebración.


En los medios informativos, se dijo que facilitaba la anulación de los matrimonios, lo cual no es verdad. Si un matrimonio se hizo como debe ser, el Papa no puede anularlo.


Lo que dispuso ahora es solo dar más facilidades para que no sean tan largos y engorrosos los procesos que un tribunal eclesiástico realiza para definir si un matrimonio fue nulo desde el inicio.


No es lo mismo anular un matrimonio, que declarar que fue nulo desde su celebración; es decir, que desde el principio no hubo verdadero matrimonio. Hasta ahora, estos procesos son lentos, por defender su indisolubilidad.


¿Qué es lo que hace nulo un matrimonio; es decir, que aunque se hubieran casado con todos los ritos, incluso ante un obispo, no hubo verdadero matrimonio?

 

Esto son algunos ejemplos: Si se casan a la fuerza, con amenazas,sin suficiente libertad. Si no son conscientes de que el matrimonio es para siempre y con apertura a generar y educar hijos. Si son inmaduros psicológicamente, lo cual no es fácil de comprobar, pues la madurez psicológica no se alcanza automáticamente con la edad.


Si uno ya estaba casado por la Iglesia anteriormente y engañó diciendo que no lo estaba. Si uno es homosexual, pues no puede llevar una vida heterosexual. Si uno es impotente y no puede tener relaciones sexuales. Si no se consuma el matrimonio con la relación sexual. Si se excluyen los hijos; es decir, se casan, pero deciden no tener familia. La esterilidad no es impedimento. Si hay un engaño grave, como ocultar que se tienen hijos con otra persona, o que está casado por lo civil. Si uno de los dos no está bautizado y no ha obtenido el permiso del obispo para un matrimonio con disparidad de cultos. Si el sacerdote que les celebra no tiene facultades para ello, si está suspendido, si está fuera de su territorio, o es falso sacerdote. Estos son los casos más comunes.

 

Si después de casarse por la Iglesia, hubo problemas en la pareja, como violencia, embriaguez, infidelidades, no se entendieron y se separaron, eso no anula el matrimonio. Si ya tienen tiempo separados y uno de ellos ya vive con otra persona, eso tampoco lo anula. Si el matrimonio estuvo bien celebrado, nadie lo puede anular.

 

Si alguien tiene dudas sobre la validez de su matrimonio, que acuda al tribunal eclesiástico que hay en todas las diócesis, con el encargo de estudiar si hubo alguno de estos impedimentos.

 

 

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¿Incompatibilidad en el matrimonio?

Los matrimonios son corresponsables del futuro de la humanidad, porque el futuro de la humanidad nace y crece en la familia.


  

 

Uno de los grandes retos de la familia actual es tratar de comer juntos y tener momentos de conversación. Al menos se ha de procurar hacer una comida al día juntos, ya que vivimos bombardeados por trabajos y entretenimientos que pueden quitar estos preciosos momentos del arte de convivir en familia y con los hijos. Hay que planear los temas de conversación (temas actuales, trabajo, estudio, amistades, historia, lecturas, deportes, exámenes, etc.) y saber preguntar a cada uno cómo le fue durante el día e interesarse por los detalles más pequeños.


Pocos lugares son tan buenos para educar a los hijos como la mesa de comidas; allí aprenden a conversar. Allí los padres también enseñan a sus hijos las buenas maneras y a preocuparse los unos por los otros, a compartir, a conocerse y amarse. Si la madre les prepara la comida con detalle, los hijos se empiezan a sentir que valen. Es importante que los hijos se sepan apreciados y tenidos en cuenta. Además, comer en familia lleva menos riesgos de sobrepeso.


Dios ha encargado a la mujer que cuide de su esposo, y a él que la proteja y provea. Son muy importantes las legislaciones sobre el matrimonio. La ley positiva ha de basarse en la ley natural. La ley natural es la base sólida de todo derecho y de todo deber. Hay que saber distinguir entre la legalidad –que sólo ve la ley escrita– y la legitimidad. Lo legítimo es lo que es justo y lo que está en armonía con el Derecho Natural.


Con el recién aprobado "divorcio exprés" (divorcio rápido) se desprotege al matrimonio y se ataca fuertemente a la familia, porque ese divorcio lo único que busca es separar a los cónyuges, sin considerar que muchas veces hay una crisis pasajera de parte de él o de ella, y que, reflexionando en el bien que trae la solidez de un matrimonio para los cónyuges y para los hijos, superan la prueba y salen de ella con más madurez.


Ese divorcio exprés tampoco considera la patria potestad ni la manutención de los hijos, se centra en separar a los cónyuges y ya.


Reducir matrimonio a una cuestión "erótica sexual" es remitirlo a una cuestión corporal sexual. Eso no es el matrimonio.


Decía el cardenal Joseph Ratzinger: la sexualidad se ha trivializado, se ha banalizado, porque se ha reducido al placer; pero la sexualidad es un misterio muy grande, incluso es un misterio sagrado, porque es un proyecto de Dios de crear al hombre para el amor; es un modo de participar de la realidad de Dios. Tiene su plenitud en el amor divino. Pero cuando la sexualidad se separa del amor, se hace trivial y se convierte en un objeto de comercio. Al separarse del amor, se separa de la vida y lleva a la "cultura de la muerte".


Las diferentes formas actuales de disolución del matrimonio, como las uniones libres y el «matrimonio a prueba», hasta el 'matrimonio' entre personas del mismo sexo, son expresiones de una libertad anárquica. Una 'libertad' así se basa en una banalización del cuerpo, que inevitablemente incluye la banalización del hombre. Su presupuesto es que el hombre puede hacer de sí lo que quiera: su cuerpo se convierte de este modo en algo secundario, manipulable, que se puede utilizar como se quiere. El libertinaje termina haciendo despreciable el cuerpo.

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El tema de las uniones homosexuales, que afectan directamente al matrimonio, debe ser consultado con la sociedad entera.


  

 

El Congreso del Estado no ha solicitado ninguna opinión a la Secretaría General de Gobierno para validar o rechazar los matrimonios entre parejas del mismo sexo, indicó su titular, Eduardo González Sierra.

 

Como si se tratase de un tema completamente ajeno a la sociedad, González Sierra comentó que es el Legislativo el responsable de debatir y evaluar las demandas de todos los sectores, y como Ejecutivo respetan la división de poderes y lo que cada uno acate.

 

Con respecto del área del Registro Civil, González Sierra indicó que están preparados para, si así se aprobara, llevar a cabo las uniones conyugales entre parejas del mismo sexo, por lo que no es impedimento la opinión del Ejecutivo.

 

El funcionario de esta manera señaló que el tema de la aprobación o rechazo a los matrimonios igualitarios es competencia del Congreso del Estado basados en las opiniones y estudios en la materia, y con base en ello votar la mejor decisión para los potosinos. 

 

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La orientación matrimonial es una buena idea para quienes pasan por una situación difícil en su relación.


  

 

De las numerosas parejas católicas que pasan por el consultorio del sacerdote P. T.G Morrow en Washington D.C en Estados Unidos para terapia familiar, dos de ellas impactaron especialmente al presbítero.


En muchas maneras esas dos parejas eran perfectas: estaban abiertas a la vida, educaban a sus hijos en la fe y recibían frecuentemente los sacramentos. Pero ambos matrimonios terminaron rotos. ¿El culpable? Los enojos.


"Los enojos son un veneno", aseguró a ACI Prensa el P. Morrow, teólogo moral y autor de Overcoming Sinful anger (Superando la ira pecaminosa). "Si un esposo y su mujer se enfadan con frecuencia, eso destruye la relación. La hace tan dolorosa que quieren terminar con ella".


La experiencia del enojo es universal. Es natural, puede ser incontrolable y es una respuesta al comportamiento de otros, afirma. A veces los enojos pueden ser correctos, Santo Tomás de Aquino dijo que si este se unía a la razón era digna de alabanza; pero la mayoría de las veces están encaminados hacia la ira pecaminosa que está motivada por el deseo de venganza, explicó el sacerdote.


Y la ira como pecado tiene efectos devastadores en las relaciones.


"Es extremadamente importante que la gente se dé cuenta de que la ira y los enojos pueden ser algo serio, especialmente si cuenta con arrebatos mayores que dañan a otras personas", afirmó el P. Morrow.


La ira es tan destructiva que muchos expertos matrimoniales recomiendan a las parejas tener cinco reacciones positivas por una de enojo.


"El enojo, cuando se expresa de manera incorrecta, es un veneno para las relaciones", afirma. "Los esposos necesitan ser especialmente cautelosos con esto y trabajar para superarlo".


A pesar de que el sentimiento de ira es natural e imposible de evitar, el P. Morrow asegura que es importante conocer cómo expresar el enojo y la disconformidad de una manera efectiva y positiva. El primer paso es decidir si vale la pena enfadarse.


"La gente se enfada por pequeñeces, cosas sin importancia", afirma. "Hay que pensar "¿Vale pena enfadarme por esto? Si no, déjalo pasar. Simplemente olvídalo".


Si tu enfado está justificado y la confrontación terminará por ser algo positivo para el otro, utiliza el humor y la diplomacia para expresarlo. Si la confrontación no hará mejor al otro entonces, apunta el P. Morrow, puede ser una buena idea ofrecer tu enfado al Señor como sacrificio por tus pecados y por los pecados del mundo.


"La rabia no se va automáticamente en el primer intento", explica. "Hay que continuar ofreciéndoselo a Dios como sacrificio".


El P. Morrow asegura que esa actitud hacia los enfados no significa que las personas deban convertirse en "cobardes incapaces" de expresar su insatisfacción con las acciones de los otros.


Por eso pone el ejemplo de Santa Mónica, la madre de San Agustín de Hipona. Muchos de los hombres de Tagaste en esa época tenían temperamentos violentos y el marido de Santa Mónica no era una excepción. Cuando volvía a casa y gritaba a Santa Mónica ella le decía que se calmara. Algunas veces, después de la explosión de rabia de su marido, Santa Mónica se acercaba tranquilamente a él y con calma le explicaba sus quejas.

 

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