En mayo pasado, uno de los mejores momentos de la vida de Becky Anderson se convirtió en uno de los peores cuando los médicos le informaron que estaba embarazada y tenía cáncer cervical.

Los doctores instaron a la chica de 35 años de Portsmouth, Inglaterra a abortar a sus bebés no nacidos para que los cirujanos pudieran eliminar el cáncer, según The Sun. Pero Anderson se negó.

Hoy, sus gemelos Buddy y Preslee tienen 6 meses de edad y están bien. Anderson dijo que estaba tan contenta de haber elegido la vida para sus gemelas y se negó a tomar el consejo de su médico.

Anderson, que también tiene dos hijos mayores, se enteró de que estaba esperando en mayo de 2016. Más tarde ese mes, los resultados de las pruebas revelaron que también tenía cáncer, según el informe.

Anderson dijo que trató de mantenerse positiva para sus hijos, pero también tenía miedo.

Cuando más pruebas revelaron que tenía cáncer de cuello uterino, Anderson dijo que su principal preocupación era por sus gemelos no nacidos. Los médicos tenían una preocupación diferente; La exhortaron a considerar abortar a sus bebés.

"Ellos querían hacerme una histerectomía la semana siguiente, pero yo estaba convencido de que no tendría un aborto", recordó la madre. "Una histerectomía significaría que me quedaría estéril, así que esta fue mi última oportunidad de tener hijos".

Pasó varias semanas en el Queen Alexandra Hospital en Portsmouth, mientras los médicos controlaban su estado. Cuando llegó a las 30 semanas de embarazo, sus médicos decidieron que Anderson no podía esperar más, según el informe.

Ella dio a luz a los gemelos por cesárea, y luego inmediatamente se sometió a una histerectomía, el informe afirma.

Anderson dijo que los primeros cuatro días después de sus cirugías eran extremadamente dolorosas, y no pudo ver a sus recién nacidos. Cuando una enfermera finalmente llevó a los gemelos a verla, dijo que sabía que todas sus luchas valían la pena.