La presencia de papá es tan importante como la de mamá pero para que influya positivamente en el niño, debe estar pleno en su rol de hombre y pareja.

Ser padre se aprende

Con el tiempo se ha descubierto que es falsa la creencia de que los hombres y las mujeres nacen con un instinto que los lleva a formar una familia y criar a sus hijos de manera natural, y casi instintiva.

Con la paternidad es igual que con la maternidad: se trata de un rol que se aprende y se construye día con día, del mismo modo que cualquier persona llega a ser un gran gerente o un excelente deportista.

Por supuesto, existe cierta predisposición natural pero es necesario que cada uno conozca cuáles son sus talentos / habilidades para saber cómo aplicarlos.

Cuando una pareja decide tener un bebé no debe pensar que es sólo una manifestación de su gran amor: es un compromiso para toda la vida que ro se disolverá aunque desaparezca el vínculo romántico que los une.

Aunque la mujer que hoy es el amor de su vida puede dejar de serlo en unos años, su hijo necesitará tener la presencia de ambos en cada etapa de crecimiento y en especial durante el proceso de la separación.

¿Qué significa esto? El rol que un papá desempeña en el desarrollo físico y mental de un crío es completamente insustituible; de ahí que conforme crezca busque en otros adultos una imagen que lo sustituya. al menos de forma parcial.

5 efectos positivos

Entre 1980 y 1995, en Estados Unidos surgieron muchos estudios que tenían como objetivo explicar el papel que el papá tiene en la formación de sus hijos y los beneficios de la crianza compartida.

La Father Involvement Research Alliance. institución canadiense dedicada al estudio de la familia, publicó en 2007 el documento The E/fects of Father Involvement: An Updated Research Summary of the Evidence que recopila los descubrimientos que se han hecho sobre los efectos positivos de la interacción padre e hijo:

1 EI hombre representa para el hijo la ley y las reglas, por lo que su presencia en la crianza facilita que adquiera valores sociales; es quien sitúa al niño entre el 'No" (los límites) y el 'Tú debes" (la meta).

2 Las personas que crecen con la presencia constante de su padre tienen una mejor autoestima, reconocen sus virtudes y defectos, son menos duros consigo mismos y controlan más sus impulsos.

3 Los crios cuyo papá ha estado involucrado en su cuidado, incluso a pesar de estar separado de su madre, consiguen ser menos vulnerables al estrés, la depresión y tener altos niveles de competitividad.

4 El género de una persona no influye en el ejercicio de la función paterna.

La mujer puede adoptar este rol y contribuir a que el niño se sienta seguro y tenga una buena interacción social. Sin embargo, debe contar con otra persona que refuerce la figura materna (como su abuela) para que pueda distinguirlos.

5 Le da mayor autonomía e independencia porque facilita el proceso de separación con la mamá, un contrapeso saludable para lograr una relación sin codependencias.
Todos estos beneficios no son exclusivos de la relación con el padre biológico. Los padres adoptivos o sustitutos son capaces de cumplir las mismas funciones en su crianza.