Ni las figuras públicas se salvan del ataque hacia las familias. Philip Rivers es un ejemplo de que "ir contra corriente" es maravilloso.

El mariscal de campo de los Chargers de San Diego, Philip Rivers es un devoto católico y un muy buen ser humano. Él y su esposa son los orgullosos padres de siete hijos. Permitió que la revista ESPN le hiciera unas preguntas para sus fans en el 2013. La cadena deportiva que se inclina más hacia la izquierda incluyó una pregunta que atacó a su familia:

"¿Seis niños? Independientemente de su profesión, es imposible ser un buen padre

Una organización tan "profesional" como ESPN no debío haberse permitido ese cuestionamiento, pero Rivers lo tomó con calma y proporcionó una respuesta excelente:

"Es una rotación de dos años: Una vez que uno se desprende de los pañales, por lo general tenemos a otro recién nacido. Y tenemos otro en camino que nacerá en pctibre. Yo ayudo cuando puedo, pero mi esposa, Tiffany, es la clave. Mi grande y creciente familia mantiene todo equilibrado y aterrizado. Mi hijo mayor tiene 11 ahora, y los niños se involucran cada vez más en el fútbol. Son los mayores fans de papá".